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Seguros - Covid19

COVID – 19: ¿Nueva forma de ver y hacer las cosas o aceleración de un camino ya iniciado?

RAM Consulting – Risk & Insurance Management – www.ramconsulting.cl

Ya en el año 2019 el mercado de seguros de Lloyd’s  de Londres lanzó un plan de desintermediación y automatización de procesos consciente de la irrupción de la tecnología y del análisis de datos en los modelos de negocio tradicionales. Consciente, además, de que no solamente han cambiado los asegurados, sino que también los riesgos a los que se enfrentan. Lloyd’s, supo entender que, en la medida que la combinación de activos cambia de tangible a intangible, los asegurados buscan nuevos productos y servicios de seguros, así como canales de distribución distintos y más económicos.

 

Comprendió que la industria debía reaccionar a estos negocios y riesgos en rápida evolución, y lo hizo dando vida a una plataforma que simplifica, acelera y economiza la transacción del riesgo, que comenzó a ser testeada en septiembre de 2019.

 

En este contexto, el Covid-19 y sus efectos mediatos —destacando la masificación del uso de tecnologías para la intermediación de bienes y servicios— no ha hecho más que acelerar, socializar y generalizar un camino ya iniciado por algunos, haciendo del inevitable cambio de paradigma una realidad. 

 

Para el mercado de seguros y reaseguros esa realidad implica un mercado inclusivo que funcione para cada interviniente de la cadena de valor con una visión multidimensional enfocada en riesgos y no únicamente en productos. Para el asegurado implica una estructura flexible de capitales, plataformas digitales eficientes y acceso y/o uso de datos que imprimen agilidad, rapidez y confianza en la contratación. 

 

Lógicamente, mientras dure la pandemia, los esfuerzos se concentrarán en dar respuesta a los desafíos operativos, económicos y sociales que ella presenta. No obstante, sus implicancias han reforzado y concientizado acerca de  la importancia de construir un ecosistema digital para la transferencia de riesgos impulsado por datos y tecnología.

 

¿Y en lo inmediato, que está sucediendo en el mercado?

 

En el caso de seguros masivos (seguros de vehículos, viajes, hogar, etc.), dada la estrechez económica en curso, el mercado ha ofrecido descuentos en nuevas compras y mantención de precios al renovar ciertas pólizas. Algunas compañías de seguros de viajes han optado por atender reclamos de atención médica de emergencia y transporte médico de emergencia y algunos gastos reembolsables. 

 

Tratándose de seguros de hogar, por ser seguros de daños —es decir, aquellos cuya finalidad es indemnizar la pérdida que un asegurado puede sufrir en su patrimonio como consecuencia de un daño material amparado en la póliza— generalmente no es posible que el asegurado reclame un siniestro, ya que en los hechos el Covid-19 no causan daños materiales. Sin embargo, algunas pólizas de hogar contemplan coberturas adicionales como inhabitabilidad de vivienda, incapacidad temporal y protección de pago por desempleo, entre otras, las que serán indemnizables en la medida que la póliza no contemple la exclusión relativa a pandemias. 

 

En el caso de seguros industriales (seguros de incendio, daños materiales y pérdida de beneficios, Responsabilidad Civil, vehículos comerciales, riesgo cibernético, etc.) la primera recomendación a la empresa asegurada es el revisar si la o las pólizas con que cuenta son de todo riesgo o de riesgos nominados. 

 

Lo anterior es de suma importancia porque en el primer caso se otorga cobertura a todos los riesgos, salvo aquellos que estén expresamente excluidos en la póliza. Mientras que en el segundo caso se otorga cobertura únicamente a aquellos riesgos expresamente singularizados como cubiertos en la misma. Posteriormente, debe detectarse la existencia o no de exclusiones relativas a epidemias o pandemias.

 

Para seguros de incendio y daños materiales aplica el mismo principio indicado a propósito de los seguros de hogar: por tratarse de seguros de daños, atendido que el Covid-19 no causa daños materiales, el asegurado no puede reclamar siniestro alguno.

 

Por su parte, la cobertura de pérdida de beneficios sólo se activa tras la ocurrencia de un daño material amparado bajo la póliza, o cuando un daño también cubierto por la póliza del asegurado afecte a sus proveedores y/o clientes impidiendo el suministro o las ventas, o imposibilitando el acceso a sus instalaciones, siempre y cuando estas coberturas se encontrasen contratadas. 

 

En el caso de seguros de vehículos de flotas comerciales se observa que las compañías están sacrificando el margen en el corto plazo, adelantando las renovaciones a solicitud de los asegurados. Estos mismos asegurados buscan especialmente en este período bajar sus costos y afrontar de mejor manera la incertidumbre de los próximos meses. 

 

Los seguros de responsabilidad civil que indemnizan daños y perjuicios causados a terceros en el ejercicio de la actividad asegurada podrían otorgar cobertura siempre y cuando no contuviera exclusiones relativas a fuerza mayor o eventos extraordinarios que limitaran la cobertura ante una posible reclamación de un tercero derivada del Covid-19, y, existiendo sentencia ejecutoriada que estableciera la responsabilidad por parte del asegurado.

 

Finalmente, nos referiremos a los seguros de riesgo cibernético, que se han visto a prueba dada la concurrencia masiva de usuarios. Concurrencia que ha sido aprovechada para robar credenciales y, con ello, provocar interrupciones de servicio, infecciones por malwares, robo de información, etc. Ante una situación donde el equipo de sistemas y ciberseguridad está trabajando de forma remota y no puede atender óptimamente la infraestructura de la compañía, si se produce una falla de seguridad (brecha de datos, denegación de servicio, infección por ransomware), la póliza, en principio, cubriría con normalidad las pérdidas producidas siempre y cuando no existan exclusiones explícitas. 

 

Las pérdidas de beneficio deberían ser cubiertas también por las pólizas que existen en el mercado, en el supuesto de que los sistemas de información sufran una falla de sistema porque los administradores no estén presentes o el sistema de acceso remoto no les permite actualizarlos o parcharlos de forma correcta. Esto siempre y cuando no exista una exclusión de mantenimiento tecnológico.

Hacemos presente que lo previamente expuesto respecto al comportamiento de las pólizas corresponde a un análisis general, debiendo analizarse caso a caso las situaciones particulares de cada asegurado. Una cosa sí es indiscutible: la mayor o menor eficacia de las pólizas dependerá del conocimiento que el asegurado tenga de sus riesgos y de cómo ello ha sido plasmado al momento de la contratación, donde juega un rol preponderante la figura del risk manager.