Efectos del COVID-19 en las aseguradoras: un evento histórico.

01-06-2020  —  José Manuel Comber

El COVID-19 —también conocido como coronavirus— ha probado ser uno de los mayores desafíos sanitarios, económicos y humanos que la sociedad internacional haya debido enfrentar en las últimas décadas. Además de la muerte de cientos de miles de personas y el sufrimiento físico y psicológico de incontables otras, las repercusiones económicas han tenido a la vez un poderío destructivo inimaginable. Desde eventos cancelados hasta un perfil de consumo en mínimos alarmantes, tanto personas como empresas han batallado para mantenerse a flote.

Inmersas en este caos, las aseguradoras no son la excepción. Desde febrero de este año han visto una oleada de denuncias de siniestros (eventos cancelados, enteras líneas de negocios derrumbadas, etc.). Es decir, se aproxima una seguidilla de pagos de proporciones históricas. En una estimación publicada por Lloyd’s of London —el mayor mercado de seguros del planeta—, la pandemia le costaría al rubro de los seguros más de US$200.000 millones, los que se dividen en montos similares entre reclamaciones de seguros y pérdidas en las carteras de inversiones. Solamente Lloyd’s deberá pagar más de US$3.000 millones a sus clientes, lo que se asemeja a lo desembolsado después del 11 de septiembre de 2001.

Se deberá esperar que la pandemia siga su curso para tener más certeza sobre estas cifras. Porque la enfermedad, que a la fecha cuenta con más de cinco millones y medio de contagios y sobre 300.000 muertes, sigue expandiéndose por el globo con una virulencia que ha sido un desafío de predecir para epidemiólogos y autoridades internacionales y, claro está, compañías de seguros.